Expediente
El día que hice enojar a Lola Beltrán
Azahel Jaramillo H.
¿Cómo están? ¿Ya les conté del día que hice enojar a la cantante Lola Beltrán? Hace casi 40 años, en 1986, ella era una de las cantantes invitadas a la Feria de Victoria, cuando esta fiesta se organizaba en la Calzada Tamatán, a un lado de los terrenos de la Asociación Ganadera.
Desconozco si ella ya había estado en Ciudad Victoria. Lo cierto es que el amor de su vida, el torero Alfredo Leal, ya había estado en esta ciudad el día de la inauguración de la Plaza de Toros, la tarde del 16 de febrero de 1958, en el sexenio del Dr. Norberto Treviño Zapata. Pero esa es otra historia.
Esa noche, Lola Beltrán, «La reina de la canción ranchera» ofrecería un concierto a sus admiradores victorenses. En el lobby del Hotel Panorámico marque el número de su habitación y en cuestión de segundos respondió al otro lado de la línea telefónica.
–Si, con mucho gusto le doy la entrevista, por teléfono.
- Pero…¿por teléfono?
- Sí señor, por teléfono. Empiéceme a preguntar.
- Señora, mucho le agradecería que nos hiciera el favor de recibirnos al fotógrafo y a mí.
- No, eso no es posible. Ya estamos hablando, hágame las preguntas.
- Señora, usted sabe que para una entrevista necesitamos tomar fotos. Nosotros la esperamos. Usted nos dice a que hora puede recibirnos.
- No, no, eso es imposible. Ya le digo, con mucho gusto le doy la entrevista por teléfono, y las fotos tómelas en la Feria.
- Pero señora… Bueno, yo estoy interesado en saber… —Y dio inició la singular entrevista con la cantante.
- Señora Lola Beltrán, está de moda cambiar de género musical, ¿qué opina de los cantantes que lo hacen… los que de la balada saltan a lo ranchero y de lo ranchero a la balada?
- Cada quien sabe lo que hace. Algunos piensan que así logran refrescarse, ofreciendo una nueva imagen. Yo los respeto.
- ¿Ha pesando en retirarse, doña Lola?
- Yo voy a seguir hasta donde Dios me lo permita. Mire, yo soy una mujer con mucha suerte. Yo tengo la suerte de que a mí la gente me quiera. Jamás he tenido un accidente.
- Doña Lola, ¿y en que ciudad de la República la quieren más?
- En general en la provincia tengo yo el cariño de la gente… pero me quieren más en Reynosa y en Sonora.
- Lola Beltrán no es su verdadero nombre…
- No, no lo es.
- ¿Cuál es?
- ¿Para qué..? Eso no tiene importancia.
- ¿Pero para qué ocultarlo?
- Sí, mi verdadero nombre es Lucila.
- ¿Cómo surgió el de Lola Beltrán, señora?
- Surgió de entre gentes que me quieren mucho.
- ¿Y sus planes artísticos?
- Tengo que ir a Estados Unidos, a Texas, Nuevo México, Europa, España… aquí en México tengo también muchas presentaciones… ahora estoy aquí. Tengo que ir a Sonora.
- Doña Lola, perdone la insistencia, pero ¿sí sería posible que le tomásemos las fotos para la entrevista?
- No, no es posible.
- Pues, de veras que lástima que Lola Beltrán no se haya dejado fotografiar.
- Pero ya lo estoy atendiendo aquí por teléfono.
- En fin, señora, si no se puede lo de las fotos qué lástima. Gracias.
Y hasta aquí la entrevista. En eso al lobby llega el Lic. Gregorio Zúñiga, de Relaciones Públicas de la Expo Tam , quien sugirió que le pidiéramos al Comité de Damas de la Feria intercediera para las fotos. La señora Alma Guerrero de Arzola, gentil, accedió a ayudar. Realizada la negociación se abrió la puerta de la suite donde se aloja la cantante del mero Sinaloa.
Doña Lola nos pidió que entráramos, Para luego soltar a bocajarro: «¿Quién habló conmigo por teléfono?
–Yo, señora.
-¿Y cómo lo atendí, verdad que lo atendí bien?
-Pues… sí señora, así es, pero…
– ¿Entonces, por qué me dijo eso? A mí me duele que usted, depues de haberlo atendido por teléfono, me haya dicho al último «que lástima que Lola Beltrán no se haya dejada fotografiar».
– Señora, con todo respeto, sigo pensando igual. Usted es una gran cantante y su oficio es cantar y yo soy reportero y siempre trato de hacer bien mi trabajo y usted debe saber que las fotos son necesarias.
– Sí, pero me dolió que haya dicho «qué lastima que Lola Beltrán no se haya dejado fotografiar. Créame que a mí, eso me duele en el alma.
-Señora, no fue mi intención. Si la ofendí, si la molesté, discúlpeme.
-Además en la actuación me pueden tomar fotos de todos los ángulos… pero en fin. Aquí poso para que impriman unas fotos.
-¿Para usted qué es el éxito?
-Pues, es una serie de logros, de esperas, de caminar en la vida, de satisfacciones y de respuestas.
– ¿Qué le molesta de la gente?
-Pues me gusta tanto la gente, aunque usted no lo crea, que difícilmente… la indiscreción es una de las cosas que más me molestan.
-Con tantos honores, y homenajes recibidos, usted es ya casi una figura nacional, ¿qué es lo que espera?
– ¿Qué espero? Pues espero seguir viviendo para seguir estando con ustedes.
– ¿Para usted que es la vida?
– Pues es un tesoro. Es algo único, como lo puede representar para cualquiera de ustedes la vida… para algunos no, para mi es algo muy bello.
Ella se casó con el torero Alfredo Leal Kuri, con quien tuvo a su hija, María Elena Leal, conductora de noticieros en Televisa. Falleció a los 61 años, el 24 de marzo de 1996, hace justo 29 años. NOS VEMOS.