Freddie Freeman, el jugador que apenas podía trotar la semana pasada en la serie de campeonato, pega un cuadrangular con la casa llena para que Dodgers deje tendido a Yankees en la décima entrada
LOS ÁNGELES — El final no podía ser más “hollywoodesco“: El jugador que apenas podía trotar la semana pasada en la serie de campeonato pega un cuadrangular con la casa llena, para dejar tendido a los New York Yankees en la décima entrada.
Sí, Freddie Freeman cerró el partido de la manera más espectacular que podía para que ganaran Los Ángeles Dodgers el primer partido de la serie, que en realidad se convirtió en un clásico instantáneo, incluso hasta para el equipo perdedor.
El propio Freeman que había abierto el juego con un limpio triple en el que pareció tener pocos problemas para correr las bases gracias al esfuerzo que ha hecho y horas de trabajo de rehabilitación durante toda la postemporada para poder salir a jugar.
El mismo pelotero al que los Yankees decidieron enfrentar con un lanzador que tenía el 18 de septiembre sin lanzar, Néstor Cortés, quien fue activado este mismo día para el roster, después de darle base intencional a Mookie Betts.
“En realidad ni siquiera sentí nada cuando corría las bases”, dijo Freeman después del partido. “Fue como ir flotando. Esas son las cosas que haces cuando tienes cinco años y estás jugando en tu patio trasero con tus dos hermanos mayores. Son los escenarios que sueñas: Dos outs, bases llenas en un partido de la Serie Mundial.
“Pero esto en realidad sucedió, pegué un jonrón para ganar y sobre todo para conseguir la ventaja 1-0 en una serie como esta”.
Fue el primer grand slam en una Serie Mundial en la décima entrada. Pero se podía esperar poco menos cuando se trata de la competencia entre los dos mejores equipos de las Grandes Ligas.
“Ni siquiera puedo creer lo que acaba de pasar”, reconoció el mánager de los Dodgers, Dave Roberts. “Esto acaba de convertirse en un clásico del Clásico de Otoño porque las estrellas salen a jugar, pero las súper estrellas salen hacer las grandes jugadas, a conectar los grandes imparables en los momentos más grandes”.
“No puedo siquiera hablar ahora mismo”, agregó.
Fue una noche mágica en todos aspectos. Desde el tributo que rindieron a Fernando Valenzuela las Grandes Ligas de manera oficial, así como extraoficialmente los peloteros de Dodgers y hasta jugadores como el pitcher abridor Jack Flaherty, quien llegó al estadio luciendo su jersey blanco con el número de Fernando Valenzuela en la espalda.
“No se podía esperar menos en una noche como esta”, dijo Freeman. “Ha sido una noche especial en demasiados aspectos. Fueron 53 mil, 54 mil personas que gozaron de la primera Serie Mundial aquí en mucho tiempo porque 2020 fue en Texas. Han estado esperando por años para ver la Serie Mundial en el Dodger Stadium”.
Obviamente el recuerdo de la Serie Mundial que coronaron los Dodgers en 1988 llegó a la mente de los 52,394 aficionados que llenaron el estadio, cuando en aquel entonces Kirk Gibson pegó el jonrón para derrotar en el primer partido a los Oakland Athletics.
Muchos aficionados de los Yankees ya saboreaban la victoria después de que en la parte alta del décimo inning Jazz Chisholm Jr., después de robarse dos bases, había anotado la tercera carrera para su equipo.
“Sólo queda venir a jugar mañana e intentar ganar”, dijo el pelotero de los Yankees, Gleyber Torres. “A esta serie le queda mucho por jugarse”.