Azahel Jaramillo H.
Este sábado 25 de enero es cumpleaños del Lic. Gustavo Adolfo Cárdenas Gutiérrez, empresario hotelero y político. Nació en la fronteriza ciudad de Matamoros, pero es de hace un buen de tiempo decididamente victorense; digamos desde que llegó a Ciudad Victoria para estudiar en la Facultad de Comercio y Administración UAT Victoria allá por el año de 1977.
Gustavo Cárdenas es hijo del político y empresario Jorge Cárdenas González(+) y de la Sra. María Minerva Gutiérrez Hernández, afectuosamente llamada «Doña Mine». Vale decir que este jueves tras llamada telefónica que le hicimos por WhatsApp, porque a él le gusta hablar por WhatsApp, el Lic. Gustavo regresó la llamada y nos dijo que tiene ya varios días en Matamoros, que tendrá este sábado un festejo muy familiar con su señora madre, quien se encuentra delicada de salud. Doña Mine tiene 96 años de edad.
Matrimoniado con la Sra. Mónica Dávila Gómez, tienen tres hijos: Gustavo Adolfo, Mónica Carolina y Alfonso Javier. Ellos les han dado cuatro nietos: Gustavo Adolfo, de 18 años y Álvaro, de 14 años que son hijos de Gustavo Adolfo. Y Carlo, de 10 años, y Máxima, de 6 años, que son hijos de Mónica Carolina.
Vale decir que el papá de Gustavo, Don Jorge Cárdenas González fue alcalde de Matamoros por dos partidos diferentes. El cumpleañero de este sábado realizó sus estudios en su natal Matamoros, trasladándose a Ciudad Victoria para inscribirse en la Facultad de Comercio y Administración, de la Universidad Autónoma de Tamaulipas. De joven se desempeñó como encargado de la operación técnica de la radiodifusora XEEW 1420 AM Matamoros, y director general del Motel Las Fuentes, en Victoria .
Desde años antes de involucrase en la política partidista el Lic. Gustavo puso su esfuerzo a favor de Victoria capital. En julio de 1988 –hace 36 años, es decir ya llovió… y relampagueó — lo entrevistamos pues él, con sus recursos pagó la reparación de los centenarios relojes de la Parroquia del Refugio y del Santuario de la Virgen de Guadalupe.
Dichos relojes fueron en ese año de 1988 a reparar a Zacatlán, Puebla, donde técnicos especializados volvieron a colocarlos en sus respectivos campanarios en Victoria.
En aquel, entonces, me dijo y así está publicado en El Diario, que el costo total de la reparación y reinstalación de dichos artefactos fue de catorce millones de pesos.
Y me platicó entonces el Lic. Gustavo: «Hace dos semanas teníamos… doce millones, nos faltaban dos, por ya los obtuvimos tocando puertas con diversos comerciantes de Ciudad Victoria. Hubo en total varias donaciones de un millón de pesos y yo aporté una cantidad».
Escribí entonces: Entrevistado en la Parroquia del Refugio, el Padre Rodrigo Sánchez Peláez elogió la labor del licenciado Cárdenas: «Antes que nada yo quiero decir que al llegar a esta Parroquia la encontré muy abandonada, hablé con algunas personas y las circunstancias han mejorado. Luego un buen día llegó aquí el licenciado Gustavo Cárdenas y nos preguntó si no tenía yo algún inconveniente, pues él tenía la intención de poner nuevamente a funcionar el reloj de iglesia. Yo le indiqué que no tenía ningún inconveniente. Le agradecí su preocupación y la verdad no creí que esto se fuera a realizar en tan poco tiempo».
Y agregó el Padre : «El licenciado Cárdenas es muy entrón, es un hombre con un gran espíritu de iniciativa, muy activo».
Precisó que el reloj no es de cuerda, sino electrónico, «lo cual es más práctico para la Parroquia, pues no se va a necesitar que diariamente alguien suba a la campanario a darle cuerda». He de anotar que las seis fotografías de la publicación las tomó Héctor Walle.
En la actividad política el Lic. Gustavo Cárdenas alcanzó en el inicio de los años 90tas el triunfo electoral, como abanderado del PAN, venciendo en las urnas al candidato del PRI, Dr. Carlos Castro, yerno del entonces muy poderoso líder sindical nacional de la CTM, Don Fidel Velásquez Sánchez(+). Tras no ganar la presidencia municipal de Victoria, el Dr. Carlos Castro fue designado por el gobernador Manuel Cavazos como secretario estatal de Salud. Pero esa es otra historia.
Inicia Gustavo Cárdenas su gestión como alcalde de Victoria en los inicios del sexenio de Manuel Cavazos Lerma. Enel marco de sus respectivos estilos personales de gobernar, Gustavo y Cavazos tuvieron conflictos. Uno de los más sonados ocurrió en septiembre de 1994 cuando Gustavo anunció que él daría el Grito de Independencia desde el Palacio Municipal en el 17 Hidalgo, a escasa distancia de donde –Plaza Juárez –estaba programado el Grito del gobernador Cavazos.
En mayo del año 2002 en entrevista, le pregunté del asunto:
—Licenciado Gustavo, en aquellos días previos a aquel 15 de septiembre en que el Cabildo decide que el Alcalde, usted, dé el Grito de Independencia, ¿hubo presiones fuertes?
— «Como no. Hubo presiones fuertes de personas muy allegadas al PRI en que nos hablaban, nos pedían que no se llevara a efecto el Grito de Independencia. Es más hasta tuvimos visita del ex gobernador Enrique Cárdenas González, del Dr. Egidio Torre, del Consejo de Instituciones, no sé. Eran varios priistas muy destacados, voceros del Gobernador para que desistiera el Grito. Pero en base a la autonomía municipal se dio aquella manifestación donde participaron miles de victorenses. Es uno de los más gratos recuerdos que tenemos»
–Alcalde, diputado, presidente del partido, actualmente Senador, ¿qué ha aprendido Gustavo Cárdenas en su contacto con la gente ?
—»Yo creo que lo que bien se aprende, se aprende bien de niño, y hay una frase quizá muy trillada, pero quien no vive para servir, no sirve para vivir. Todo es efímero, todo pasa en un tris tras: dejas de ser alcalde, dejas de ser diputado, dejas de ser presidente del Partido, dejas de ser Senador. De las más grandes satisfacciones es que tengo amigos en todo el estado…¡y grandes amigos!, grandes amigos que han estado en todas con nosotros. Dios me ha puesto en este camino y yo estoy muy contento de servir».
Vale decir que en alguna de sus campañas para conseguir el voto de la gente, Gustavo Cárdenas se puso a regalar escobas. Y argumentaba: «Es para barrer a los corruptos. ¡Pamba el que se raje!»
Azahel Jaramillo Hernandez