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o hay duda de cuál fue el mejor equipo de la Eredivisie esta temporada. Dominador de principio a fin, el PSV Eindhoven del Chucky Lozano obtuvo este domingo su vigésimo quinto título de esta competición, con una remontada de 4-2 sobre el Sparta Rotterdam que lo hace ya inalcanzable para el segundo lugar de la tabla general, el Feyenoord, donde juega Santiago Giménez.
El campeonato del equipo del mexicano Hirving Lozano, el argentino Walter Benítez o los brasileños Mauro Júnior y Andre Ramalho era cuestión de tiempo. Nadie dudaba de que lo conseguirían. Sus nueve puntos a falta de tres partidos por jugarse desde la pasada jornada lo coronaban como ganador virtual, a falta del partido que lo aguardaba este domingo en el estadio Philips, ante su afición, con una agitación impredecible sobre el terreno de juego, sobre todo al inicio.
El partido contra el Sparta Rotterdam
Quizá por la envergadura de la recompensa, el PSV se sintió nervioso. El mejor ejemplo fue el portero Walter Benítez, un seguro toda la temporada, irreconocible este sábado en los primeros instantes, como su conjunto en general, que encajó el 0-1 en el minuto 8 con un derechazo de Metinho. Hubo más ocasiones, entre el murmullo del público, incrédulo.
Aún más en el caso que parecía su equipo, nada que ver con el resto de la campaña, hasta que Luuk de Jong cabeceó el primer remate ya en el minuto 18. El saque de esquina posterior fue el 1-1, cuando golpeó en el pecho de Schouten y Bakari no acertó a despejarlo. De hecho, la Eredivisie se lo otorgó al defensa en propia puerta. Un alivio. El 1-1.
Ocho minutos después, el PSV marcó el 2-1. La jugada fue fenomenal de Luuk de Jong, que regaló el gol a Bakayoko. Su decimoquinta asistencia de esta campaña liguera. También ha marcado 27 goles el atacante que jugó en el Sevilla y en el Barcelona. Para su compañero fue su duodécimo tanto, también trascendente en el campeón dirigido por Peter Bosz.
Devuelto el partido al lugar más previsible, aún el Sparta reabrió el debate del resultado antes de la media hora de encuentro, cuando Saito lanzó una rosca que intentó despejar Boscagli con la cabeza y que terminó en la escuadra de su meta. El 2-2. Aún era válido para el PSV para sentenciar el triunfo final, pero era un borrón en una mañana tan especial.
El partido rebajó su ritmo en la reanudación. Más equilibrado, más contenido, menos fogoso en ataque, el encuentro transitó sin inquietudes relevantes para ninguno de los dos. Ni para el PSV, ni para el Sparta, que perdió por lesión a Neghli antes de la hora del duelo, hasta que la estrategia repuso al líder y campeón en ventaja, ya en el minuto 67 (3-2).
11 minutos después, en un contragolpe fulminante, Jordan Teze finiquitó el partido, tras una asistencia de Ricardo Pepi que lo dejó con ventaja sobre los defensores, el zaguero neerlandés solo tuvo que conducir el balón con velocidad y empujar al fondo de la meta. Fue el gol que firmó el título.
